jueves, 20 de noviembre de 2008

II - Imán: Su Naturaleza Y Su Carácter.

II - Imán: Su Naturaleza Y Su Carácter.
Estos son los postulados básicos que, por una parte, revelan el propósito de Dios de proveerle al hombre con una guía en este mundo, por otra parte, definen la naturaleza, posición y condición del hombre en el mundo. Ahora vamos a estudiar los fundamentos en los que el Corán cultiva la relación del hombre con Allah y el concepto de vida que naturalmente se sigue de esa relación.
El Corán trata este problema en muchas ocasiones, paro el concepto de vida perfecto, concebido por él está resumido en los siguientes versos:
«Alá ha comprado a los creyentes sus personas y su hacienda, ofreciéndoles, a cambio, el Jardín. Combaten por Allah: matan o les matan. Es una promesa que Le obliga, verdad, contenida en la Tora. en el Evangelio y en el Corán. Y ¿quién respeta mejor su alianza que Alá? ¡Regocijaos por el trato que habéis cerrado con Él! ¡Ése es el éxito grandioso!» (El Sagrado Corán 9:111).
En el verso anteriormente citado, la naturaleza de la relación que entra en existencia entre el hombre y Dios a cause del Imán (el acto de depositar la creencia (fe) en Allah) ha sido llamada un pacto.
Esto significa que Imán en Allah, no es un mero concepto metafísico; es la naturaleza de un contrato por el que el hombre trueca su vida y sus pertenencias con Allah a cambio de la promesa del Paraíso en la otra vida. Dios, por así decirlo compra la vida y la propiedad de un creyente y la promete a modo de precio, la recompense del Paraíso en la vida después de la muerte. Este concepto de contrato tiene importantes implicaciones y deberíamos por lo tanto, lo primero comprender claramente su naturaleza y su significado.
La pura verdad es que cada una y todas las cosas de este mundo pertenecen a Allah. El es el verdadero propietario de todas ellas. Por tanto, la vida y las riquezas del hombre que son parte de este mundo, también pertenecen a El, porque El es Quien las creó y es El Quien se las asignó a cada hombre para su uso.
Mirando el problema desde este ángulo, la cuestión de una venta o compra no aparece en absoluto, Dios es el verdadero propietario, no hay cuestión acerca de Su comprar lo que ya es Suyo. El hombre no es su verdadero propietario, no tiene títulos para banderías. Pero hay una cosa que le ha sido conferida el hombre, y que ahora le pertenece completamente, y eso es su «libre albedrío», la libertad de elección entre seguir o no seguir el camino de Allah. como el hombre ha sido dotado con libre albedrío en este respecto, es libre de reconocer, o de no reconocer la realidad de las cosas.
Sin embargo, esta libertad de voluntad y elección que el hombre posee, no le hace automáticamente propietario de todas las energías y recursos sobre las que tiene señorío, ni adquiere el titulo para utilizarlas de cualquier modo que quiera, ni su reconocimiento de la realidad o su rechazo a hacer eso, afecta en modo alguno a la realidad como tal, con todo no significa que él es libre de renoncer la Soberanía de Dios y Su señorío sobre su propia vida y pertenencias, o, rechazar reconocerlo arrogarse a si mismo la posición de total independencia.
Puede, si eso le gusta, considerarse a si mismo libre de todas las obligaciones para con Dios y puede pensar que disfruta derechos y poderes totales sobre todo lo que tienes, y así él puede usarlas de acuerdo con sus propio deseos no encadenados a ningún mandato superior.
Es aquí que el asunto del contrato sale. Este contrato no significa que Dios esté comprando algo que pertenece al hombre. Su verdadera naturaleza, as esta: Toda la creación pertenece a Dios, pero El ha concedido al hombre ciertas cosas para ser usadas por él como una confianza de Dios.
Y al hombre le has sido dada libertad para cumplir honestamente la confianza o si él así gusta, traicionarla y abusar de ella.
Ahora, Dios pide del hombre que reconozca de buena gana y voluntariamente (y no bajo obligación ni coacción) esas cosas que realmente son Suyas (de El) como Suyas y que las use como una confianza de Dios y no como algo propio y para ser usado como le plazca.
Así un hombre que voluntariamente renuncia a la libertad, incluso a rechazar la supremacía de Dios y en lugar de eso reconoce Su soberanía, por así decir, vende su autonomía (que también es un regalo de Dios y no algo que el hombre ha adquirido por si mismo) a Dios, y consigue a cambio la promesa de Dios de eterna bienaventuranza que es el Paraíso. Un hombre que hace tal pacto es un «Mumin» (creyente) e «Imán» (creencia, aceptación) es el nombre Islámico de este contrato; mientras que aquel que elige no entrar en esta convenio o después de hacer tal pacto adopta un comportamiento opuesto, además de añadir una enorme violación a este, es un «Kafir» y el intento de evitar o abrogar este contrato es conocido técnicamente como «Kufr».
Tal es la naturaleza del contrato. Ahora vamos a estudiar brevemente sus varios aspectos y estipulaciones:
1. Dios nos ha puesto dos series pruebas en relación a que:
o Ha dejado al hombre libre, pero incluso después de haberle dado esa libertad El quiere ver si permanece honesto y firme y mantiene su lealtad y obediencia a Dios, o si pierde su cabeza y se revuelve contra su propio Creador; si se comporta como un alma noble o si pisotea los valvas de la decencia y comienza a jugar engaños tan fantásticos que hacen a los ángeles llorar.
o El quiere ver si el hombre está preparado paraterner tal confianza en Dios, como pare ofrecer su vida y su riqueza a cambio de lo que es una promesaque, ha de materializarse en el otro mundo, y si está preparado a someter su autonomía y todos los atractivos que van con ello, a cambio de una promesa sobre el futuro.
2. Es un principio aceptado de la Ley Islamica que «Imán» consiste en la adherencia a cierto conjunto de doctrinas y quienquiera que repose su creencia (fe) en esas doctrinas llega a ser un «Mumin». Nadie tiene derecho a denunciar a un hombre tal como no-creyente o expulsarlo de la comunidad, de la «Ummah» (la comunidad de musulmanes), excepto cuando haya prueba explícita de falsedad o de renuncia a la creencia. Este es el aspecto legal del problema. Pero en los ojos de Dios, solo es válido ese «Imán» que consiste en un completo sometimiento de tu propia voluntad y elección a la voluntad de Allah.
Es ese estado de pensamiento y acción en el que el hombre se somete a si mismo totalmente a Allah, renunciando a toda pretensión de su propia supremacía. Es algo que viene del corazón. Es una actitud del intelecto que prepare al hombre pare un curve positivo de acción. Si un hombre recite la «Kalima»s entra en el pacto e incluso ofrece sus oraciones y realiza otros actos de adoración, pero en su corazón se considera a si mismo como el propietario y el soberano, distribuidor de sus poderes físicos y mentales y de sus recursos morales, y materiales, los use según su propio gusto y sostienesu libre albedrío, entonces a pesar de que la gente lo tenga como un «Mumin», a los ojos de Dios será un incrédulo, porque él de hecho no ha entrado realmente en el convenio que de acuerdo con el Corán es la esencia del «Imán».
Si un hombre no use sus poderes y recursos en el modo que Dios ha prescrito pare él, y en lugar de eso los use en propósitos que Dios ha prohibido, muestra claramente que no ha empeñado su vida y su propiedad a Allah, o que incluso después de habérselos empeñado a El, (él) falsifica su empeño con su conducta.
3. Esta naturaleza de «Imán» es lo que trace el modo de vida Islámico distinto de, más que eso, completamente opuesto, al modo de vida no Islámico. Un Musulmán, que tienes verdadera creencia (fe) en Allah, trace cada aspecto de su vida subsiguiente a la voluntad de Allah, su vida entera es obediencia y sometimiento y nunca se comporta de un modo arrogante o autónomo, excepto en un momento de olvido.
Y después de un lapso tal, tan pronto como llega a ser consciente de ello, de nuevo se vuelve a dirigir (a si mismo) a su Señor y se arrepiente de su error.
Similarmente un grupo de gente o una sociedad que se componga de verdaderos Musulmanes no pueden nunca separarse de la Ley de su Señor. Su ordenpolitico, su organización social, su cultura, su sistema económico, su sistema legal y su estrategia internacional tienen que estar todas en armonía con el-Coddigo de Guía revelado por Allah y no tienen, en modo alguno, que contravenirlo. Y si alguna vez por error u aomisión alguna infracción es cometida, al derse cuenta tienen que corregir esto inmediatamente y regresar sin dilación alentado de sometimiento a la Ley de Dios. Es el camino de los incrédulos sentirse libres de la Guía de Dios comportarse como dueños de simismos.
Quienquiera que adopte tal sistema incluso a pesar de que pueda llevar un nombre similar a ese de un Musulmán, está hollando en el camino satánico y está siguiendo el camino de los incrédulos.
4. La voluntad de Dios, que al hombre le es obligatorio seguir, es aquella que Dios Mismo ha revelado pare la Guía del hombre. La voluntad de Dios no puedeser determinada por el hombre mismo. Dios Mismo la anunció claramente y no hay ambigüedad sobre ella. Por tanto, si una persona o sociedad es honesta y firme en su contrato con Allah, tiene que moldear escrupulosamente su vida enterada acuerdo con el Libro de Dios y la «Sunna» (el comportamiento del Profeta la paz y bendiciones de Dios sean con él).
Una pequeña reflexión nos mostrará que estos aspectos y estipulaciones están lógicamente implícitos en el contrato y también está claro partir de la discusión anterior, el por qué el pago del «precio» ha sido pospuesto hasta la vida después de la muerte.
El Paraíso no es la recompense por la «mera declaración» del pacto, sino que es la recompense por la fiel «ejecución» del contrato. Y a menos que el contrato sea totalmente cumplido y el comportamiento en la vida actual del «vendedor» cumpla con los términos del contrato, no llega a tener derecho a la recompense. Siendo así que el acto final de «yenta» solo es concluido en el último momento de vida del vendedor, y por tanto es natural que la recompense deba serle dada en la otra vida.
Hay otro punto significativo que emerge del estudio del verso citado anteriormente cuando es elido con referencia a su contexto.
Los versos que le preceden hacen referencia a la gente que declaró «Imán» y prometió una vida de obediencia, pero cuando vino la hora de la prueba, se mostraron sin fuerzas pare la tarea. Algunos fueron negligentes a la llamada de la hora y traicionaron la cause. Otros hicieron una jugada de hipocresía y rechazaron sacrificar sus vidas y sus riquezas a la cause de Allah.
El Corán después de exportar a estas gentes y criticar su insinceridad trace claro que «Imán» es un contrato, una forma de préstamo entre el hombre y Dios. No solo consiste en una mere declaración de creencia en Allah. Es un reconocimiento del hecho de que solo Allah es nuestro Señor, Soberano y Dirigente y que todo lo que el hombre tiene incluyendo su propia vida, pertenece a El y tiene que ser usado de acuerdo con Sus directivas. si un Musulmán adopta un curve contrario, él es insincero en su profesión de fe (creencia).
Verdaderos creyentes son solo esos que realmente han vendido sus vidas y todo lo que poseen a Dios y que siguen sus Dictados en todos los campos de actividad. Ellos arriesgan todo en obediencia a los mandatos de Dios, y no se desvían ni una pulgada del camino de lealtad a Dios. Solo estos son los verdaderos creyentes.

No hay comentarios: