martes, 16 de diciembre de 2008

La mujer musulmana y su propio ser

EN EL NOMBRE DE DIOS CLEMENTE MISERICORDIOSO

El Islam alienta a los musulmanes a destacarse entre la gente y distinguirse por su vestimenta, apariencia y comportamiento, para que sean un buen ejemplo, y dignos portadores del gran mensaje a la humanidad. De acuerdo al Hadîz narrado por el gran Sahâbi Ibn Al Handhaliiah, el Profeta le dijo a sus compañeros cuando estaban viajando para encontrarse con algunos hermanos en la Fe:
"Si vosotros vais a visitar a vuestros hermanos, arreglad vuestras monturas y aseguraos de vestir bien, para que os destaquéis entre la gente como un ornamento, porque Allah no ama lo desagradable".[1]
El Profeta consideraba que tener una apariencia desarreglada y descuidada, y usar ropas y accesorios desaseados era una forma de repulsión detestada y prohibida por el Islam.

El Islam estimula a los musulmanes en general a resaltar entre la gente. La mujer musulmana en particular, es estimulada a distinguirse del resto de la gente en cuanto a su apariencia, porque esto se refleja positivamente en ella, su marido, familia e hijos.
La mujer musulmana no descuida su apariencia, no importa cuán ocupada esté con sus quehaceres domésticos, y sus deberes como madre. Ella se interesa en lucir bien, sin irse a los extremos, porque una buena apariencia es una señal de cuán bien se comprende a sí misma, a su identidad islámica, y su misión en esta vida. La apariencia externa de una mujer no puede estar separada de su naturaleza interna: un exterior pulcro, arreglado y limpio, refleja un carácter interno noble y decente, ambos compilarán el carácter de la verdadera mujer musulmana.

La musulmana inteligente y lista es quien se esfuerza en mantener un equilibrio entre su apariencia externa y su naturaleza interna. Es consciente de que está compuesta de un cuerpo, una mente y un espíritu, y otorga a cada uno la atención que se merece, sin exagerar en un aspecto en detrimento de los otros. Al buscar esforzarse en encontrar el equilibrio justo, ella está siguiendo la prudente guía del Islam que la impulsa a realizar eso.

¿Cómo puede la mujer musulmana lograr el equilibrio entre su cuerpo, mente y espíritu?

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[1] Relatado por Abû Dâûd, 4/83, en Kitâb al libâs, bâb ma yâ'a fi isbâl al izâr; su isnâd es Sahîh.

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